Sin embargo, todavía queda camino por recorrer. Según la plataforma Strava, una red social donde deportistas de todo el mundo comparten sus logros y rutas, el número de ciclistas femeninas en España creció un 19% en 2024, una cifra que supera ampliamente el 11% de crecimiento global. Este dato subraya la fuerza del ciclismo femenino español, que continúa ganando terreno en un entorno competitivo.
Las cifras de participación en eventos ciclistas también reflejan avances, aunque con margen para mejorar. En pruebas como la emblemática marcha cicloturista Quebrantahuesos, que reúne a más de 10.000 personas cada año, las mujeres todavía representan un pequeño porcentaje del total. En su primera edición, celebrada en 1991, de los 361 inscritos solo hubo una mujer. Aunque el año pasado la cifra aumentó a 322 ciclistas femeninas, estas apenas representaron el 3,54% del total de participantes.
Otras pruebas, como las del circuito Mussara, muestran un panorama más alentador. En los últimos diez años, 12.000 mujeres han participado en estas competiciones, un número considerable dentro de un total de 80.000 ciclistas. También en la Orbea Monegros, una de las marchas más destacadas de Aragón, cerca de 1.000 mujeres toman parte entre los 8.000 asistentes anuales.
En cuanto a las licencias federativas, las mujeres representan el 10% de las más de 69.000 emitidas por la Real Federación Española de Ciclismo. Este dato es una prueba de que, aunque el ciclismo femenino ha alcanzado cierta integración en los distintos ámbitos del Deporte, todavía hay un largo camino por recorrer para lograr una participación igualitaria.
El crecimiento, sin embargo, es palpable y significativo. Las empresas del sector están adaptándose a esta realidad, diseñando productos y servicios más inclusivos para mujeres ciclistas. Además, la mayor visibilidad en competiciones y medios especializados inspira a cada vez más mujeres a unirse a este Deporte.